En el curso de Sanidad Divina, ofrecido por el Instituto Bíblico Plan Formación, aprenderás la verdadera voluntad de Dios en el área de la sanidad para recibir y mantener tu salud integral, y compartir este conocimiento con los demás. La salud, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se define como el bienestar y equilibrio entre lo psicosocial, lo físico y lo espiritual (espíritu, alma y cuerpo). La verdadera salud debe tener una raíz en nuestro espíritu y alma para que se manifieste en nuestro cuerpo. Para Dios, no hay tamaños de enfermedad: sanar un cáncer o una gripe es igual de posible. Lo que mueve a Dios para darnos sanidad es nuestra fe.
Es importante entender que tener fe no significa evitar consultar a los médicos. Los médicos son instrumentos de Dios para sanar a sus hijos, aunque ellos no lo sepan o no lo acepten. Sin embargo, cualquier diagnóstico médico está por debajo del diagnóstico de Dios. La sanidad no depende únicamente de Dios, sino también de nuestra fe. Dios ya ha hecho su parte, y nosotros debemos hacer la nuestra con fe y confianza.
Estar enfermo no es un pecado, es solo un inconveniente. Nunca debemos juzgar a alguien por estar enfermo. La creencia de que la enfermedad es una consecuencia directa de vivir en pecado es una mala enseñanza y una mentira del diablo. Hay enfermeddes que pueden ser una consecuencia de ciertas acciones pecaminosas, pero no necesariamente indica una vida entera de pecado. Es crucial diferenciar esto para evitar confusiones.
Dios quiere que seamos sanos, pero esto viene con una condición: prosperar en nuestra alma. Esto significa que la raíz de toda enfermedad está en el alma. No todo lo que escuchamos, incluso de hermanos en Cristo, edifica nuestra alma. Debemos alejarnos de aquello que no nos edifica, pues pueden convertirse en mensajes del enemigo.
Algunas personas afirman que la enfermedad es enviada por Dios para tratar con la gente o como pago por algo. Esta es una creencia errónea. Si la enfermedad fuera la voluntad de Dios, entonces todos seríamos rebeldes por ir al médico. En este curso, aprenderás a aplicar los principios bíblicos para vivir en salud, comprendiendo que Dios quiere que seas sano, pero es necesario tener fe y conocer su voluntad. La sanidad es un don de Dios y es accesible para todos sus hijos. La sanidad no depende solo de la intervención divina, sino también de nuestra fe y disposición para recibirla. Este curso te preparará para vivir según la verdadera voluntad de Dios en cuanto a la sanidad, ayudándote a mantener una salud integral y a ayudar a otros a hacer lo mismo. Únete a nosotros y descubre cómo la sanidad divina puede transformar tu vida y la de los que te rodean
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