La materia «La Gracia» en el Instituto Bíblico Plan Formación explora la profundidad y el alcance de la gracia divina, no solo como el medio de salvación, sino también como la fuerza que nos mantiene alejados del pecado en nuestra vida diaria. Se enfatiza que la palabra de Dios está destinada a guiar a las personas para evitar errores, aunque muchas veces se recurre a ella después de cometerlos. El plan de Dios es que busquemos Su guía desde el principio, evitando así las caídas.

La gracia es el medio por el cual podemos escuchar al Padre, conocer Su voluntad y ser guardados de las tentaciones del mundo. No solo nos otorga vida eterna, sino que nos transforma y nos capacita para vivir conforme a la voluntad de Dios, protegiéndonos de las influencias negativas.

El curso se centra en el pasaje de Colosenses 1:9-13, el cual destaca la importancia de estar llenos del conocimiento de la voluntad de Dios, viviendo de manera digna y fructífera. La gracia nos fortalece y nos hace aptos para participar en la herencia de los santos en luz, librándonos del poder de las tinieblas y trasladándonos al reino de Jesucristo.

La materia también aborda cómo la gracia elimina nuestra naturaleza pecaminosa. Al aceptar a Jesucristo como Señor y Salvador, recibimos el perdón de nuestros pecados y somos apartados del reino de las tinieblas para vivir bajo el gobierno de Dios en este mundo. La gracia nos capacita para resistir las tentaciones, fortaleciendo nuestras áreas de debilidad.

Enseña que un «santo en luz» es aquel que, por la gracia, evita las cosas del mundo y vive conforme a los principios del reino de Dios. Aunque ser tentado no es pecado, la gracia nos da la fortaleza para rechazar las tentaciones y mantenernos firmes en la fe.

El curso destaca la prevalencia de la gracia en las epístolas del Nuevo Testamento, donde se menciona repetidamente como una bendición para los creyentes. La gracia es fundamental para nuestra identidad y vida como hijos de Dios, reflejando que Dios está a nuestro favor y no en contra de nosotros. La esencia de la gracia es que el Padre, a través de Jesucristo, ha hecho todo por nosotros, sus hijos, y nos concede la fuerza y el poder para vivir una vida victoriosa y fructífera en su reino.