En el curso «Crecimiento Espiritual» del Instituto Bíblico Plan Formación, se exploran los aspectos fundamentales del desarrollo espiritual hacia la «estatura del varón perfecto», es decir, alcanzar el pleno crecimiento en Cristo.
Este curso se enfoca en tres aspectos esenciales de cada persona: quién soy, qué hago y qué me interesa. Mientras que las personas pueden conocer nuestra identidad y nuestras acciones, nuestros intereses más profundos suelen ser menos visibles. De manera similar, muchos conocen a Dios, pero pocos comprenden realmente Sus intereses, que son salvar a las personas y perfeccionar a los salvos, llevándolos a la medida de la estatura de Cristo.
El curso enfatiza que la salvación no solo implica ser liberado de algo malo, sino también un llamado al crecimiento espiritual continuo. La meta es pasar de ser simplemente salvados a ser perfeccionados en nuestra fe. Esto requiere una búsqueda constante de la «leche espiritual» pura, es decir, un conocimiento verdadero de la palabra de Dios, que nos permitirá servirle de manera efectiva y cumplir con Su propósito.
A medida que crecemos espiritualmente, nos preparamos para cumplir la obra del ministerio: no solo salvar almas, sino también perfeccionar a los santos. La unidad de la fe, un conocimiento compartido de los intereses del Padre y un compromiso con la perfección espiritual, es el parámetro que Dios nos da para medir nuestro crecimiento espiritual.
Este curso también aborda el concepto de la plenitud de Cristo, que se manifiesta en hacer la voluntad del Padre en todo momento. El verdadero ministerio está diseñado para nuestro perfeccionamiento y para hacer crecer al cuerpo de Cristo, y debe ser abordado con la obediencia y el compromiso necesarios. La preparación para el ministerio y el liderazgo espiritual requiere gobernar primero nuestra propia vida, ya que la falta de preparación espiritual y la resistencia al crecimiento pueden resultar en una desviación de la verdadera misión de Dios.
Al final del curso, los participantes estarán equipados para buscar, salvar y perfeccionar a los salvos, alineando sus intereses con los de Dios y alcanzando la unidad de la fe.
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